Nuestra memoria no siempre funciona como queremos. A veces el recuerdo no está, lo hemos olvidado. Pero en otras ocasiones, está allí pero está bloqueado, o ha sido modificado.

La memoria es un tema que nos preocupa a todos, especialmente si tenemos más de 40 años. Nos alertamos cuando notamos en nosotros o en nuestros seres queridos alguna falla en su funcionamiento, algún “defecto”, sobre todo si son frecuentes. Según el Dr. Daniel L. Schacter, Psicólogo, investigador de la Universidad de Harvard, los “defectos” del funcionamiento de la memoria, podrían agruparse en 7 categorías.

 

1.-Transcurso. Se refiere al debilitamiento de la memoria en la medida que transcurre el tiempo. Es lo que los investigadores denominan la curva del olvido. Recordamos mucho mejor un párrafo leído a la hora de hacerlo, que a la semana o a los dos meses.

 

2.-Distractibilidad. De manera sencilla podríamos definirla como las fallas de memoria ocasionadas por distracción. Hay una falta de contacto entre la atención y la memoria. Esta es la forma que nos afecta cuando no recordamos dónde dejamos nuestras llaves.

 

3.-Bloqueo. ¿Ha dicho alguna vez…”lo tengo en la punta de la lengua” y no recuerda el nombre de una persona en el momento, aunque después ese nombre si viene a su mente? Esta es una alteración muy frecuente de nuestra memoria.

 

Estos tres defectos se consideran de omisión, el recuerdo necesario no aparece. En contraposición, encontramos los cuatro defectos de comisión, en los que hay presencia de memoria pero ella está alterada o no es deseada.

 

4.-Atribución errónea. En esta, el recuerdo es correcto pero la fuente está equivocada. Recordamos haber visto a nuestra prima en el Metro, pero en realidad la vimos en un Centro Comercial.

 

5.-Sugestibilidad. Podríamos considerarla como “recuerdos implantados” producto de preguntas, observaciones o sugerencias cuando la persona trata de evocar experiencias pasadas… “Eran las 5 de la tarde cuando Ud. Lo vio, ¿Correcto?”

 

6.-Propensión. Está originada por la gran influencia de nuestros conocimientos y creencias actuales sobre nuestros recuerdos. Podemos, de manera inconsciente, rehacer nuestros recuerdos en base a nuestro presente, por ejemplo: lo que realmente fuimos como estudiantes versus lo que “recordamos” de nosotros como estudiantes.

 

7.-Persistencia. Es el recuerdo constante de hechos “desagradables” que preferimos olvidar, sin embargo viene constantemente a nuestra mente como: el error que cometimos en la entrevista de trabajo; el desplante que le hicimos a nuestra pareja. A cuántos amigos ha tenido que decirle… “ya, olvida eso, déjalo en el pasado”

 

 

Aunque estos “defectos” podrían considerarse imperfecciones de nuestro sistema de memoria, los investigadores han establecido que no lo son. De hecho, deben ser considerados parte del proceso evolutivo por un lado y mecanismos necesarios para el mantenimiento del equilibrio de nuestro sistema de memoria por otro. Las investigaciones continúan.

Imaginemos tener que recordar todos los números telefónicos que nos han dado, las cuentas, tarjetas y direcciones que no necesitamos, o memorizar todos los estímulos que llegan a nuestros sentidos durante las horas que permanecemos despiertos… ¿Tendría sentido? ¿Cómo manejaríamos esa información? Por otra parte: olvidar hechos o situaciones que pueden ser dañinas para nosotros… ¿No sería un riesgo? Nuestro cerebro “sabe lo que hace”

No existe en la naturaleza nada que pueda compararse a nuestro cerebro. Nuestra memoria no tiene ni tendrá nada de “imperfecto”, siempre y cuando el cerebro esté sano. Cuidarlo y protegerlo, ahora es posible.