La pérdida de memoria es una afección de saluda asociada al envejecimiento, aunque también puede ocasionarse a raíz de enfermedades que afectan a la función cognitiva.

Generalmente, la persona que empieza a desarrollar fallos en la memoria no termina de ser consciente de esta situación o no quiere ver la realidad. Es por ello que la mayoría de las veces son personas del entorno las que detectan la pérdida de memoria en el paciente.

El envejecimiento normal de una persona puede conllevar el hecho de olvidar cosas con más facilidad, pero no problemas graves en este sentido. Por ello, la pérdida drástica de memoria suele tener su origen en otras enfermedades.

La pérdida de memoria puede tener su origen en numerosos factores y enfermedades:

  • Diabetes
  • Infección cerebral grave o infección alrededor del cerebro.
  • Conmoción o traumatismo en el cráneo.
  • Insuficiencia de oxígeno al cerebro cuando el corazón o la respiración se detienen durante demasiado tiempo.
  • Cirugía mayor o enfermedad grave.

Es importante acudir a un especialista de la salud para determinar si la pérdida de la memoria es “normal” por el envejecimiento o si es que hay alguna afección que se deba tratar. Si presenta alguno de los factores anteriormente mencionados, la posibilidad de que su memoria se vea afectada es mucho mayor, por lo que se deben tomar medidas antes de que sea demasiado tarde.