Las emociones, los sentimientos y los estados de ánimo influyen en el sistema inmune, el mismo que se encarga de defendernos contra las infecciones y también de la eliminación de las células malignas de un cáncer. El sistema inmune, junto al sistema nervioso y el endocrino mantienen la homeostasis, es decir: el estado de equilibrio que requiere nuestro organismo para mantenerse saludable.

La Dra. Mónica de la Fuente, investigadora de la cátedra de Fisiología de la Universidad Complutense de Madrid, reportó que los elementos del sistema inmune, sus células y funcionamiento, son marcadores de nuestra edad biológica. Esta, no es la misma que la edad cronológica.

La edad cronológica es con la cual celebramos nuestro cumpleaños, los que han transcurrido desde nuestro nacimiento. En cambio, la edad biológica se relaciona con el estado de nuestro organismo, con su fisiología. Así, una persona podría tener 40 años cronológicamente, pero tener una edad biológica –determinada por el funcionamiento de su sistema inmune- de 60 o más años.

La Dra. De La Fuente realizó un estudio controlado con una especie de ratones que viven dos años. Durante ese tiempo fueron sometidos a las clásicas pruebas de laberintos y condiciones cambiantes. Los ratones que no se adaptaban, que mostraban mayor ansiedad, morían prematuramente, o sea antes de los dos años. Aunque el ratón tuviese meses o un año al momento de morir, su sistema inmune funcionaba como el de un ratón de dos años.

En humanos también fueron realizados unos análisis por el equipo de la Dra. De La Fuente. A 200 personas de la ciudad de Madrid, que cronológicamente tenían más de 100 años, se les evaluó el funcionamiento de su sistema inmune. La grata sorpresa fue encontrar que todas tenían menos de 50 años biológicos.

Nuestra edad cronológica no la podemos cambiar. Si hoy estamos cumpliendo 40 años, mañana tendremos 40 años y un día. Por el contrario, la edad biológica si la podemos modificar. Podemos influir en ella para bien o para mal.

Nuestra expectativa de vida está dada en un 25% por nuestros genes y el resto depende del ambiente, lo que comemos y nuestros hábitos. Como lo mencionamos: podemos tener 40 años cronológicos, pero si vivimos con malos hábitos podemos tener 60 años biológicos.

Además de tener actitudes positivas debemos corregir nuestros hábitos negativos e implementar aquellos que contribuyan a mantenernos saludables.

 

Proteger nuestro sistema nervioso, endocrino e inmune ahora es posible.