Es lógico alarmarse cuando notamos problemas de memoria o de comportamiento en un familiar de 65 años o más. Afortunadamente, no siempre esos cambios significan que esa persona tenga la enfermedad de Alzheimer.

Existen también los cambios de memoria y comportamiento que aparecen durante el proceso de envejecimiento, y que son considerados normales. La Alzheimer ‘s Association (Organización americana) nos presenta algunas “pistas” para caracterizar la manera como se manifiestan estos cambios en la Enfermedad de Alzheimer (Alzheimer), en comparación de cómo ocurren durante el proceso de envejecimiento (Edad).

 

Pérdida de Memoria

Alzheimer: Constituye el síntoma más frecuente de la enfermedad. Afecta especialmente a la memoria reciente. Se olvidan de fechas importantes. Preguntan por lo mismo una y otra vez. Las personas requieren de ayuda con agendas, notas y otros apoyos para poder recordar.

Edad:  En ocasiones olvidan nombres o citas, pero luego las recuerdan.

 

Solución de problemas y planificación

Alzheimer: Sus habilidades para desarrollar o seguir planes están alteradas. Les es difícil trabajar con números. Hacer las mismas cosas que hacían, les toma mucho más tiempo.

Edad:  Eventualmente cometen errores cuando trabajan con números.

 

Dificultad para completar tareas familiares

Alzheimer: Tareas como conducir a un sitio familiar, manejar un presupuesto o jugar sus juegos favoritos, les resultan complicadas.

Edad:  Ocasionalmente necesitan ayuda para manejar un aparato que conocen.

 

Confusiones de tiempo y espacio

Alzheimer: Las personas con Alzheimer pierden la noción del tiempo. Les es difícil comprender algo que no esté ocurriendo en el momento. Puede que no sepan en donde se encuentran o cómo llegaron allí.

Edad: Alguna vez pueden estar confundidos con el día de la semana

 

Problemas para la comprensión de imágenes y de relaciones espaciales

Alzheimer: Pueden tener problemas de lectura, juzgar las distancias, determinar los colores o el contraste entre ellos.

Edad: Los problemas visuales son relativos a la edad: cataratas, glaucoma y degeneración macular.

 

Palabras orales o escritas

Alzheimer: Les es difícil seguir o unirse a una conversación. En ocasiones se detienen en el medio de ella sin tener idea cómo continuarla, o la continúan repitiendo lo mismo. No encuentran las palabras correctas y le cambian los nombres a las cosas.

Edad: A veces no encuentran la palabra correcta.

 

Pérdida de objetos

Alzheimer: Colocan sus objetos en lugares inusuales, los pierden, son incapaces de volver sobre sus pasos para encontrarlos y acusan a otros de haberlos robado.

Edad: Puede perder algo, pero son capaces de volver sobre sus pasos para encontrarlo.

 

Deterioro del juicio

Alzheimer: Tienen un juicio muy pobre a la hora de tomar decisiones. Pueden perder grandes cantidades de dinero, descuidan su aspecto y aseo personal.

Edad:  De vez en cuando puede que tomen una mala decisión.

 

Abandono del trabajo y actividades sociales

Alzheimer:  Abandonan sus pasatiempos, proyectos de trabajo, relaciones sociales, deportes. Puede que no recuerden cómo completar sus pasatiempos y se les dificulta mantenerse al día con sus deportes favoritos.

Edad:  A veces se sienten “cansados” del trabajo y de las obligaciones familiares o sociales.

 

Cambios en el humor y la personalidad

Alzheimer: Su humor y personalidad es muy variable. Pueden verse confundidos, desconfiados, deprimidos, temerosos o angustiados. Se enojan fácilmente en casa, en el trabajo, con amigos o en lugares donde se sienten fuera de su zona de confort.

Edad:  Les gusta hacer las cosas a su manera. Se vuelven irritables si les alteran sus rutinas.

 

Hemos visto que en algunos casos las diferencias son muy sutiles o difíciles de precisar. Por otra parte, la enfermedad de Alzheimer no es un proceso agudo, es decir: no se inicia de un día para otro. El deterioro de la memoria -por mencionar el síntoma más frecuente- es progresivo: pequeños olvidos hoy…grandes olvidos en meses o años.

 

La presencia de estas alteraciones deben motivarnos a buscar ayuda profesional, pero lo más importante y que depende de nosotros mismos, es la prevención. La Enfermedad de Alzheimer es un riesgo al que estamos expuestos todos. Cuidar y proteger nuestro cerebro ahora es posible.