No nos damos cuenta de la cantidad de cosas que hace el cerebro por nosotros. Sin estar conscientes de ello, nuestro cerebro está de manera permanente “aprendiendo del pasado para planificar el futuro”.

Nuestro cerebro representa menos del 2% de nuestro peso corporal. A pesar de esto, consume el 20% de nuestra energía. Las investigaciones realizadas han determinado que cuando pensamos, estudiamos o nos concentramos en algo, el consumo de energía por parte del cerebro es mínimo. Entonces: ¿En qué utiliza el cerebro ese 20% de energía?

Comparar el cerebro con una computadora es algo muy popular. Creer que se activa cuando tratamos de resolver un problema o pensamos en algo, al igual que una computadora después de recibir unos comandos específicos, es algo común. Sin embargo, los estudios científicos han demostrado que la realidad es muy diferente.

El Dr. Marcus Raichle, neurólogo, investigador del departamento de neurología de la Universidad de Washington en Saint Louis, Missouri, mediante una sofisticada técnica, la Resonancia Magnética Cerebral funcional, ha podido trazar los patrones de la actividad cerebral.

A través del análisis de las neuroimágenes obtenidas, el Dr. Raichle pudo determinar que, ocurrían cambios en los cerebros de las personas cuando estas recibían instrucciones para pensar o concentrarse. Pequeñas zonas del cerebro – las relacionadas con la tarea encomendada- mostraron una mayor actividad, pero llamó mucho la atención que en otras zonas no relacionadas, esta disminuía de una manera importante.

 

 

Las diferentes tareas activaban diferentes zonas del cerebro, pero independiente de esto, las zonas que disminuían su actividad eran siempre las mismas. Ellas permanecen activas durante el sueño, la anestesia, en fin: en todos los momentos que creemos tener “la mente en blanco”. Las zonas cerebrales que permanecen activas, mientras no tengamos que pensar o ejecutar una tarea son, el Hipocampo en donde reside nuestra “memoria personal” y la corteza pre-frontal en donde se encuentra todo lo relacionado con la motivación, los planes y el futuro.

El Dr. Raichle denominó a la conexión entre estas dos zonas “Red por defecto” –Default Mode Network-. La actividad continua de esta red es la responsable de gran parte del consumo de energía del cerebro. Aunque todavía no se le puede atribuir una función específica, considera el investigador que ella sería la responsable para nuestro comportamiento en base a “predicciones” que se han formado de manera intrínseca. Esto nos permitiría realizar nuestras acciones conscientes con fluidez, sin tener que “pensar” cada acción específica.

La Red definida por el Dr. Reichle es la primera en ser dañada en la enfermedad de Alzheimer. Esto ha sido demostrado observando el comportamiento del péptido beta amiloide –sustancia responsable del daño neuronal- en tomografías por emisión de positrones, realizadas en pacientes con Alzheimer. Las imágenes reflejan el mismo patrón de la Red.

Para que nuestro cerebro siga trabajando como lo hace, debemos mantenerlo sano y protegido. Eliminemos los malos hábitos e incorporemos los saludables. Prevenir los daños que puede causar el estrés oxidativo en las neuronas ahora es posible.